Para crear un mundo magnífico hay que creer que somos capaces de construirlo dentro.
Somos mucho más de lo que vemos, nuestras capacidades son infinitas.
El don de la vida y de la transformación es nuestro.
Vuelve a salir el sol, la ciudad se alumbra y se llena de vida. El sol calienta e ilumina el caminar de los habitantes, algunos agitados, otros apurados y otros tomándose el día con calma y disfrutando del andar.
Cuando te dejas sorprender por la vida los días y las noches empiezan a tomar colores distintos, ya no se contraponen, ni son opuestos, se complementan!
Los colores van tomando forma y vida propia integrándose en lo cotidiano, transformando nuestro interior y nuestra forma de interactuar con lo externo.
Somos mucho más de lo que vemos, nuestras capacidades son infinitas.
El don de la vida y de la transformación es nuestro.
Vuelve a salir el sol, la ciudad se alumbra y se llena de vida. El sol calienta e ilumina el caminar de los habitantes, algunos agitados, otros apurados y otros tomándose el día con calma y disfrutando del andar.
Cuando te dejas sorprender por la vida los días y las noches empiezan a tomar colores distintos, ya no se contraponen, ni son opuestos, se complementan!
Los colores van tomando forma y vida propia integrándose en lo cotidiano, transformando nuestro interior y nuestra forma de interactuar con lo externo.
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