Un giro en el espacio y tiempo que logra sincronizar con un plano divino y la creación misma.
Los 5 sentidos se agudizan, la percepción es cada vez más atenta y alerta. Confluye y se entrelaza todo, ya no se separa. Me vuelvo parte del todo, redes invisibles unen cada parte de mi con toda la vida. El camino va marcando una pauta, pero mis pies son los que van dirigiendo.
Soy una unidad, no estoy separada, por lo tanto no me divido en mente, cuerpo y alma porque soy un todo. El todo es el amor y cuando logramos unificar el amor con el corazón estamos completos y se borran los límites, las conexiones entre cada parte y cada ser humano se vuelven UNO. Todo tiene sentido! Todo va tomando forma y lo que parecía no estar, empieza a ser notado!